Es frecuente escuchar aquello de que comemos por los ojos, pero la realidad dista mucho de acercarse a esta socorrida afirmación: las personas no comemos ni por los ojos ni por la boca, sino por el cerebro. Entiéndase, es evidente que las papilas gustativas son imprescindibles en el acto en sí del comer, si bien científicamente hablando éstas suponen sólo la puerta de entrada en el todo el proceso, tal y como afirma el neurocientífico Javier Cudeiro, autor del libro «Paladear con el cerebro».

Y es que, a pesar de representar tan solo el 2% de nuestro peso corporal, el cerebro es el responsable de gastar más del 20% de nuestra energía diaria. La actividad del este pequeño ordenador situado en nuestras cabezas, además, determinará nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento; y es precisamente su actividad la que está estrechamente ligada con la alimentación.

Los amantes del buen comer ya no se conforman con sentarse a la mesa del mejor restaurante de su ciudad a esperar la comida; ahora requieren más, ansían una experiencia gastronómica completa, demandan vivir una aventura culinaria de la que puedan sentirse partícipes.

De ahí que se entienda la proliferación de los restaurantes-escuela, una propuesta cada vez más arraigada y extendida en nuestro país y que es capaz de cubrir tantos las necesidades como las inquietudes culinarias de los foodies, ofreciéndoles tanto platos de alto nivel como formación gastronómica.

En Madrid, por ejemplo, se puede disfrutar de una experiencia de alta cocina y a la vez recibir una clase magistral de la mano del chef Javier Bonet, a través de una mesa interactiva que nos enseña a montar los platos o somete a examen nuestro juicio gustativo.

La elaboración en sí de una hamburguesa no tiene demasiado misterio, pero alguna magia debe flotar entorno a esta clásica y popularizada preparación cuando miles de personas incluso están dispuestas a viajar para dar con la mejor hamburguesa del mundo. Hasta la alta cocina se ha rendido a este mundano manjar, reinventándolo, e incluso los foodies han decidido homenajearla dedicándole un día especial -cada 28 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hamburguesa-. Pero, ¿qué tiene la hamburguesa, capaz de eclipsarnos de esta forma?

Los gurúes gastronómicos lo tienen claro: la clave está en la calidad de la carne y en la maestría a la hora de cocinarla, así como en la combinación de aderezos que se escogen, que también deben ser de primera calidad. ¿Y si consultamos a los creadores? Ardua tarea se nos presenta por delante en tal caso, pues sus orígenes aún siguen siendo poco claros. Estados Unidos y Alemania se enfangan en una disputa por tal honor, si bien diversos historiadores coinciden en que el origen de la hamburguesa la encontramos en Hamburgo, donde los marineros la descubrieron casi por casualidad.

Cabe reconocerles a los States, sin embargo, haber sido los responsables de ensalzarla a los altares y convertirla en símbolo de la gastronomía, llevándola a su vez a todos los ámbitos y esferas sociales.

“¡Cuánto daño a hecho Masterchef!”. Seguro que es una frase que a más de uno se la ha venido a la cabeza en alguna ocasión, sobretodo en los tiempos que corren y con la cocina viviendo un auténtico momento de gloria. ¿A qué viene este creciente interés por la gastronomía? ¿Desde cuando todos los niños quieren ser cocineros?

El movimiento ‘foodie‘ nacido en redes sociales, el auge de los food trucks, las malenis reposteras o la alta cocina llevada a los medios de comunicación de masas son algunos de los ítems que nos ayudan a entender el porqué cada vez más personas quieren vincular su vida y su profesión a los fogones.

Hace algunos años, ¿nos habríamos imaginado que la cocina se convertiría en una carrera universitaria? Probablemente no, si bien no es ningún disparate. Teniendo en cuenta que la gastronomía es un sector que representa el 7.4% del PIB español y que emplea a más de 1.5 millones de personas en nuestro país, ¿por qué no íbamos a querer convertirnos en empresarios de la gastronomía?

El arroz, uno de los ingredientes más versátiles y utilizados en las cocinas de todo el mundo, será el protagonista de la próxima edición del Fórum Gastronómico Girona 2015, un evento que se celebrará en la provincia catalana del 15 al 17 de noviembre de este año.

Diversas sesiones de cocina en directo tendrán lugar en este evento, en cuyo espacio también se organizarán actividades formativas e incluso un innovador concurso relacionado con este popular ingrediente.

Entre los nombres destacados destacan el cocinero Kiko Moya, de L’Escaleta, o Carles Tejedor, director gastronómico de El Nacional. El primero cogerá las riendas de un taller con el que dará a conocer las principales técnicas que se aplican a los diversos arroces, mientras que Tejedor protagonizará un taller cuyo hilo conductor será el aceite y su relación con los arrozes de Pals, Illa de Riu y Acquarello.

Destacan otros nombres como el de Quim Casellas y Fina Puigdevall, quienes desvelarán los trucos para preparar un buen arroz de payés o un mar y montaña; sin olvidar la presencia de Sergio y Javier Torres, los hermanos del Dos Cielos, quienes mostrarán el dominio de técnicas, acabados y sabores del arroz.