El pollo crujiente definitivo, os contamos cómo prepararlo ¡y al horno!

El pollo frito es una delicia que se degusta en todos los rincones del mundo, cierto, pero es un plato especialmente venerado en Estados Unidos. ¿De dónde les viene el amor por esta receta aparentemente tan sencilla? He aquí precisamente la cuestión: no es tan sencillo de preparar un buen pollo frito.

Muchos lo conciben como carne rebozada o empanada, sin más, pero un buen rebozado puede dar la vuelta completamente a un plato de pollo. Y lo mejor, no hay que ser un gran chef para saber cocinarlo, siempre que se sepa cómo.

Viernes por la noche, llegas a casa y lo único que tienes en la nevera son unas pechugas de pollo y un par de huevos. Rebuscas por los cajones y, con suerte, encuentras una bolsa de patatas o nachos tipo Doritos. ¿Qué te preparas? Te salvamos la vida, ¡bien atento a esta receta de pollo súper crujiente!

Necesitas:

• Pechugas fileteadas
• Un huevo
• Un poco de harina
• Una bolsa de Doritos
• Leche (opcional)

Si quieres conseguir que la pechuga de pollo esté más tierna, puedes macerarla durante unos 20 minutos en leche. Después la tendrás que escurrir bien.

Mientras pones el horno a calentar, machacas las patatas dentro de la bolsa, con la ayuda de un rodillo (pasándolo por encima). Después rebozas las pechugas en harina y, a continuación, las sumerges en un bol con huevo batido. Por último, pasas las pechugas por una bandeja con migajas de patata.

Colocas los trozos rebozados en harina, huevo y Doritos sobre una bandeja de horno cubierta con papel parafinado. Dejas cocinar a unos 160º durante 20 minutos. ¡Listo!

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